Aunque los tiempos que corren para el cine y el vídeo no son los mejores, a sus 75 años y tras casi 10 de alejamiento de la industria de la distribución (donde operó durante décadas con la ya histórica y desaparecida Lauren Films), el castellano de nacimiento y catalán de adopción Antonio Llorens ha decidido volver a distribuir películas para las salas primero, el vídeo físico y “online” después, y finalmente para la televisión.
Su nueva compañía, bautizada con el nombre de Kisscomunicació, ha sido presentada en el día de hoy en el madrileño cine Palafox a los profesionales de la primera ventana cinematográfica. Y lo ha hecho con la proyección de dos de sus nuevas películas: “Azul y no tan rosa”, ganadora del Goya a la mejor película iberoamericana, de Miguel Ferrari; y “Khumba” una película de animación dirigida por Anthony Silverston.
Al bautismo de la nueva compañía, que cuenta ya con una treintena de títulos preparados para entrar escalonadamente en los cines, los videoclubs, el “online” y la televisión (y no sabemos si también en ese canal tan indigno del todo gratis de internet), asistieron numerosos exhibidores de toda España, la mayoría pertenecientes a profesionales independientes propietarios de cines en ciudades medianas. Pero también de salas con solera en capitales importantes.
En la fotografía aparecen todos ellos posando para estrenosdevideo.com en una de las escaleras del cine Palafox. Entre otros se encuentran los propietarios o representantes de salas de Plasencia (Cáceres), Alcázar de San Juan (Ciudad Real), Bilbao, Palma de Mallorca, Toledo, Coria (Córdoba), Valencia y, por supuesto Madrid. Todos ellos han prometido apostar por este cine que nos propone Llorens, el hombre que trajo las primeras películas de Woody Allen a España.
Y el que estrenó tres obras maestras del cine independiente mundial, tres joyas que entonces ningún otro distribuidor quiso porque pensaban que el público las iba a rechazar: “Cinema Paradiso” (1988) de Giuseppe Tornatore, “La vida es bella” (1997) de Roberto Benigni y “Como agua para chocolate” (1992) de Alfonso Arau. Con esta intuición que posee para dar con las mejores películas, estamos seguros de que Kisscomunicació deparará momentos de alegría a sus clientes y, por supuesto, al público.