Hace 25 años, por estas fechas –el 28 de octubre de 1988–, CIC Vídeo estrenaba legalmente en España, en formato videográfico para el alquiler –en el VHS de la época–, “E.T. El extraterrestre”, la película que fue aclamada (en los 10 años siguientes) como la más taquillera de la Historia del Cine y también la más alquilada, vendida y pirateada de la Historia del Vídeo.
Steven Spielberg la filmó y acopló a lo largo de 1981 y 1982, teniendo lugar su estreno el 11 de junio de este año en Estados Unidos. A España llegó, como decimos en vísperas de aquellas Navidades. Cinco años antes de su estreno legal, la industria videográfica descubrió la primera edición pirata. Y eso gracias a que casi de modo simultáneo a su estreno cinematográfico, comenzó a circular clandestinamente por los videoclubs ingleses, en una época en la que la industria del cine y del vídeo aun no se habían dotado de los medios necesarios para combatir a la piratería (en España, nunca se han dotado).
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El máster ilegal de “E.T.” se importó rápidamente a nuestro país. Y las primeras versiones piratas se hicieron en 1983, sustituyendo el sonido original por una chapucera grabación efectuada en el patio de butacas de un cine. A la pésima calidad del sonido se añadían las risas y murmullos del público. Era copias de imagen deficiente y con una banda sonora inaudible, en contraste con la esmerada edición comercial que sacó CIC-RCA/Columbia en diciembre de 1988. A diferencia de otros títulos de la época, los piratas no utilizaron una falsa marca en las carátulas de las cintas VHS, pero sí suprimieron los nombres de los autores y verdaderos propietarios. Como se ve, esto de la piratería viene de antiguo.
Millones de espectadores que la han visto desde entonces, se preguntan a diario por qué Spielberg no ha rodado la continuación, el retorno de uno de los pocos extraterrestres buenos de cuantos se han filmado hasta la fecha –el único, sin duda, que trata de conectar con los humanos con ternura, sin ánimos belicosos, al menos con el niño protagonista y, luego, con sus hermanos y los amigos de estos–.
Spielberg, que tenía en la fecha del rodaje 35 años, y que cumplirá el próximo 18 de diciembre 67, no ha soltado apenas prenda sobre sus motivos de no devolvernos a ET a la Tierra, seguramente en busca de su amigo Elliott. ¿Falta de inspiración para escribir una historia que no desmerezca de la primera parte? Lo dudamos, pues la imaginación del público al respecto asumiría cualquier argumento que desprendiera ternura, emoción, humor, fantasía y estuviera bien escrito y filmado. Y de eso Spielberg sabe más que nadie: bordaría este retorno, como ha bordado los regresos de Indiana Jones.
¿Con los mismos protagonistas? Al menos con uno, Elliott. Y tal vez con sus hermanos. Fueron ellos quienes le facilitaron el camino para volver a su planeta, situado en una galaxia muy lejana de la que Spielberg no da referencias. Volver desde ella a la Tierra no le sería difícil, si ya estuvieron aquí una vez. ¿Tal vez los correligionarios de ET, esa civilización a años luz –también en lejanía– de nosotros prefieren no entrar en contacto con los habitantes de un mundo cada vez más brumoso, inseguro y agresivo?
Por cierto, ¿qué ha sido de la vida profesional de los principales protagonistas de esta historia por la que no pasa el tiempo? Por ellos sí ha pasado. Mejor para unos que para otros. El director sigue estando a la cabeza de los cineastas más taquilleros de Hollywood. No sabemos en qué dirección hubiese caminado la industria cinematográfica sin el advenimiento de este Rey Midas de la taquilla, inteligente, inspirado y audaz con los proyectos más faraónicos, de los que siempre ha sacado provecho.
Menos fértil, sin embargo, Melissa Mathison, la autora del argumento –y exesposa de Harrison Ford por esos años–, que tras “E.T. El extraterrestre” solo ha escrito los argumentos de “La llave mágica” (1995), dirigida por Frank Oz, y “Kundun” (1997) de Martin Scorsese.
De los niños, la más afortunada, profesionalmente hablando, ha sido Drew Barrymore, que por entonces tenía 7 años, y no ha dejado de trabajar desde entonces. La última de los Barrymore –la familia de actores más reconocida de Hollywood– la hemos visto en “Cuatro mujeres y un destino” (Jonathan Kaplan, 1994), “Nunca me han besado” (Raja Gosnell, 1999) o “Una aventura extraordinaria” (Ken Kwapis, 2012).
¿Qué ha sido de Henry Thomas, el íntimo de ET? Pues también ha seguido trabajando desde la fecha en que inició, con 11 años, su debut en el papel de Elliott. Ahora tiene 32 años y es un asiduo de las series de televisión, aunque ha interpretado también largometrajes. Concretamente en “Todos los caballos bellos” (Billy Bob Thornton, 2000) lo hacía al lado de Penélope Cruz.
También han seguido en la industria cinematográfica, con más o menos suerte, Robert MacNaughton (Michael, el hermano mayor) de Elliott; Erika Eleniak (Pretty Girl) y C. Thomas Howell (Tyler). En cambio, en la cuneta se han quedado David M. O’Dell (Schoolboy), Sean Frye (Steve) y K.C. Martel (Gregg). Por el contrario, la actriz que encarna a la madre de la familia protagonista, Dee Wallace, a sus 65 años, sigue trabajando en películas de tono media y como protagonista de series de televisión.
En fin, Peter Coyote, el científico que persigue a ET, se mantiene entre los actores más relevantes de Hollywood, con incursiones frecuentes en el cine europeo. Fue el protagonista de “Lunas de hiel” (1992) de Roman Polanski.
¿Volverán todos ellos a encontrarse con ET, en el caso de que regrese a la Tierra? ¡Quién sabe! Todo depende de que la familia alienígena convenza a Spielberg y a Mathison para que le abran camino hacia las pantallas.