Lunes, 19 Mayo 2014 09:37

¡New York, New York… de Cine!

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¡Nueva York, Nueva York! Ciudad de cine por excelencia. Como Los Ángeles. De cine porque está referenciada en centenares de títulos rodados por Hollywood y, en menor medida, por otras cinematografías, incluso la española (en “La línea del cielo” de Fernando Colomo, 1984; o “La vida inesperada” de Jorge Torregrossa, 2013), que se trasladaron a la ciudad de los rascacielos para contar sus propias historias. Y ahora nos llega la última, la que nos trae la distribuidora A Contracorriente, una coproducción europea (Francia, Bélgica) y norteamericana, cuyo título es “Nueva vida en Nueva York”, dirigida por el cineasta francés Cédric Klapisch e interpretada por artistas franceses como Romain Duris, Audrey Tautou, Cécile De France y una inglesa (Kelly Reilly). Todos ellos viven entre París, Londres y Nueva York, donde se cruzan sus vidas en torno a un tema menor –las becas Erasmus–, pero que desencadena el reencuentro entre varios de ellos en Manhattan.

Esta deliciosa comedia que muestra curiosas y divertidas escenas de la ciudad, es la última que llega a las carteleras españolas sobre Nueva York, tras un catálogo amplísimo que ha ido estrenándose desde muchas décadas atrás. Nueva York y el cine es la historia de un flechazo eternizado en el tiempo, no siempre para mostrarla con ese reflejo de seducción y sutilezas románticas, ya sea a través de comedias de afeites dramáticos como “Tú y yo” (Leo McCarey, 1957), con Cary Grant y Deborah Kerr; o de comedias musicales amenas como “Un día en Nueva York” (1949) de Stanley Donen y Gene Kelly, con éste último, Frank Sinatra, Betty Garrett y Ann Miller de protagonistas.



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Cierto, Stanley Donen y Gene Kelly construyen su Nueva York en un escenario de estudio, concretamente los MGM, pero al fin y al cabo Nueva York y sus manzanas y parques de aquella década (asistido por secuencias documentales de la ciudad) que dejaba atrás los amargores y tristezas de la Segunda Guerra Mundial. Como también es de cartón piedra el Nueva York que Lloyd Bacon filma en “La calle 42” durante 1933, con Warner Baxter, Bebe Daniels, George Brent, Ginger Rogers y Dick Powell. No es de MGM, como la anterior, sino de Warner Bros. El de verdad, el de sus calles y plazas, luces y sombras, días y noches, el Nueva York de calzadas adentro, el que encierra en sus edificios a decenas de miles de personas, es el que viven los protagonistas de “Taxi Driver”, sufriendo y penando pecados antiguos,  sin saber bien qué hacer con ellos, Eso nos cuenta la película que Martin Scorsese filma en 1976 con Robert De Niro, Jodie Foster y Cybill Shepherd.

Como contraste ahí está el Nueva York de Woody Allen, enrocado en la mayor parte de la cinematografía de sus primeros años. Sobre todo ese fascinante “Manhattan” en blanco y negro de 1979 con  el propio cineasta, Diane Keaton y Mariel Hemingway de guías excepcionales del interior y exterior de la ciudad que Woody conoce como pocos. Es la ciudad del Aeropuerto Kennedy,  de vergeles y prados encerrados entre hormigón como Central Park, o la urbe de la Sexta Avenida y de la citada Calle 42, o la que mantiene intacto su viejo barrio de Green Village y, por supuesto, la del edificio que corona King Kong, el Empire State Building, en los diversos “King Kong” que se han filmado (entre ellos los de 1933, 1976 y 2005, de respectivamente Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, John Guillermin y Peter Jackson, en donde, también por este orden,  Fay Wray, Jessica Lange y Naomi Watts encarnan a Dwan, la bellísima y seductora humana que seduce al formidable gorila).

Y también, por desgracia, el Nueva York de las desaparecidas Torres Gemelas, que desde que se levantaron, en 1975, han estado presentes en muchas de las películas que se han rodado en la ciudad, hasta su trágica desaparición. Valgan como ejemplos “Godspell” (1973) de David Greene, con Victor Garber, Lynne Thigpen y Katie Hanley; “Adiós al macho” (1978) de Marco Ferreri, con Gérard Depardieu, Marcello Mastroianni y James Coco; “Independence Day” (1996) de Roland Emmerich, con Will Smith, Bill Pullman y Jeff Goldblum; o “La noche cae sobre Manhattan” (1996) de Sidney Lumet, con Andy Garcia, Richard Dreyfuss y Lena Olin.

Nueva York es una ciudad de refriegas y luchas callejeras como la que nos muestra Jerome Robbins y Robert Wise en “West Side Story” (1961) con  Natalie Wood, George Chakiris, Richard Beymer y muchos otros bailarines y cantantes que aparecen en la súper premiada película musical. Y otoñal, como  en la que deja su vida Winona Ryder en “Otoño en Nueva York” que dirigió Joan Chen en 2000, con un Richard Gere desolado por esa muerte tan precipitada y joven. Las estaciones en Nueva York se precipitan, dando paso a los buenos momentos, como los que transcurren en la primavera de “Desayuno con diamantes”, la película que Blake Edwards filma en 1961 con Audrey Hepburn, George Peppard y Patricia Neal, y en la que vemos esos escaparates que se han mantenidos intactos, como las calles donde resplandecen, a lo largo de los años. En especial sus dos joyas cinematográficas (Tiffany) ubicadas en el Manhattan de la Quinta Avenida y la Calle 57.

Nueva York es una ciudad gigantesca, con un índice de criminalidad muy alto. En este espacio argumental se sitúan muchas historias del mejor cine policiaco. Entresaquemos tres ejemplos: el que Elia Kazan reflejó durante 1954 en “La ley del silencio”, con Marlon Brando, Karl Malden, Lee J. Cobb, Rod Steiger y Eva Marie Saint; el de Jules Dassin en “La ciudad desnuda” (1948), con Barry Fitzgerald, Howard Duff, Dorothy Hart y Don Taylor; o el de Don Siegel en “La jungla humana” (1968), con Clint Eastwood, Lee J. Cobb y Susan Clark.

Hay muchos, muchísimos más ejemplos que dejamos para una ampliación de este trabajo y que situaremos en nuestra sección de Reportajes Especiales. Películas del género modernamente bautizado “thriller”, como  “Malas calles” (1973) de Martin Scorsese, “Érase una vez en América” (1984) de Sergio Leone, “Wall Street” (1987) de Oliver Stone, “Uno de los nuestros” (1990) de Scorsese o “La noche cae sobre Manhattan” (1993) de Sidney Lumet. Películas musicales de la índole de todas esas “Melodías de Broadway” de 1929, 1936, 1938, 1940 y 1953; o ese “New York, New York” (1977) y la nueva presencia de nuevo Martin Scorsese; e incluso el “Cotton Club” de Francis Ford Coppola, que rueda entre el musical y el “thriller”. Y ya que citamos al autor de “El Padrino” (más Nueva York), mencionemos para terminar esas “Historias de Nueva York” que, en forma de tramas cortas, ruedan en 1989, además de Coppola, Woody Allen y Martin Scorsese (de presencia frecuente en esta ciudad, como hemos visto).