Ha muerto Peter O’Toole, o si quieren, Peter “Lawrence de Arabia” O’Toole. Aunque luego se metería en la piel del Rey Enrique II en “Becket” (Peter Glenville, 1964), de “Lord Jim” (Richard Brooks, 1965), de Simon Dermott en “Cómo robar un millón y...” (William Wyler, 1966), de Arthur Chipping en “Adiós, Mr. Chips” (Herbert Ross, 1969) y de Robinson Crusoe en “Yo, Viernes” (Jack Gold, 1975) –geniales interpretaciones todas ellas–, siempre permanecerá en el recuerdo de los espectadores del todavía presente (para quien escribe esto) y del futuro, por su maravillosa encarnación de Lawrence de Arabia en la película homónima que rueda en 1962 David Lean en los escenarios de Sevilla, Granada, Almería, y en las arenas del Valle del Infierno de Jordania.
“Me salieron las mismas ampollas en los pies que a Lawrence. Parece que esas arenas se hayan estado calcinando para mi beneficio desde hace millones de años”, dijo un joven Peter O’Toole –cumpliría 30 años en la filmación– cuando se encontraba rodando la película que le daría fama universal y lo convertiría de la noche a la mañana en el “verdadero” Lawrence de Arabia. La obra de Lean es una de las películas de la Historia del Cine que más reestrenos en salas y vídeo han tenido. De hecho, el cineasta inglés se encargó personalmente de la restauración que Columbia Pictures exhibió por primera vez el 5 de enero 1989 en España. Reestreno que sirvió para recuperar al actor y su personaje, aunque en realidad no se habían diluido en el tiempo, gracias también a los excelentes carteles de la película basados, principalmente, en el rostro fanático e iluminado que le proporcionó O’Toole.
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El pasado 2 de agosto había cumplido 81 años, una edad que le permitía seguir trabajando. De hecho en 2014 se estrenará su última producción (“Katherine of Alexandria” de Michael Redwood) y deja libre el papel que iba a interpretar a las órdenes de Alister Grierson con el título de “Mary”. A España lo último suyo que nos había llegado era una miniserie llamada “El último tren desde Oriente”, aunque los fans de “Troya”, la película que Wolfgang Petersen rueda en 2004, tal vez lo recuerden en su corto papel de Priamo.
Aparte de las ocasiones en que se dedicó a rodar series para la televisión (de hecho comenzó su carrera en ellas en 1956), Peter O’Toole filmó un total de 57 largometrajes, de los que nos quedan para la memoria los ya mencionados, y el que rueda en 1982 con Richard Benjamin, “Mi año favorito”. Su histriónico y alocado papel de un veterano actor de Hollywood que llega a un plató de la recién estrenada televisión de 1954, a hablar de sí mismo y de su trabajo, es el canto del cisne de su extraordinaria carrera, ya que todo lo demás que le siguió fueron papeles de reparto o de cierto protagonismo que no aportan nada a lo que había hecho en sus primeros 15 años como actor.