Tal vez no lo sepan, pero los primeros actores cinematográficos, llevaban su ropa al rodaje. Tampoco es de extrañar si tenemos en cuenta que, por 1900, muchos intérpretes de teatro hacían lo mismo. ¡Y no digamos los del circo o los de las variedades! El cine no hizo sino copiar la costumbre de sus tres hermanos mayores... hasta que se crearon los primeros estudios, donde se producían películas en la que resultaba imposible encontrar actores que tuviesen un guardarropa que incluyera “smoking”, vestidos de noche (o de día, pero elegantes y costosos), de soldados o piratas.
Así que el productor con estudio asumió que debía tener un vestuario propio. Eso ocurrió cuando la Cines y la Ambrosio italianas, las francesas Pathè y Gaumont, la alemana UFA o los primeros estudios de Hollywood, se convirtieron en una máquina de hacer películas que prometían negocios más que prósperos. España no fue menos, aunque llegó algo más tarde, porque nuestros estudios, al principio, parecían “gallineros”.
Así que el primero que tuvo que arrimar el hombro para vestir a nuestros primitivos intérpretes, fue un joven madrileño que había probado fortuna en diversos lugares (incluso como emigrante en las américas), sin obtenerla en ninguno. Nos estamos refiriendo a Humberto Cornejo Avenillas, quien allá por 1920 crea la sastrería que, hasta hoy, lleva su apellido. Y todo porque al casarse con Gabina Olivar, ésta aporta al matrimonio una colección de ropa que había recibido de sus padres: vestidos de etiqueta y disfraces variados.
Hoy, Sastrería Cornejo dispone de cientos de miles de prendas. “No sabemos cuántas”, nos dice el actual responsable de la empresa, Humberto Cornejo “Tercero”. Y con ellas viste no solo al cine español, sino a muchas cinematografías extranjeras. Además de ser la sastrería que adorna y acicala los espectáculos de ópera, televisión, ballet y teatro de España y otros países.
¿Quieren conocer ustedes algunas de las películas que ha vestido con su guardarropa casi centenario y, según especialistas en el tema, mucho más grande que los que tienen los grandes estudios de Hollywood? Bueno, pues vayamos al pasado reciente, que después les hablaremos del presente. Aunque antes diremos que Sastrería Cornejo se merece ese premio anual que otorga a los méritos individuales o colectivos la Academia de Cine o ese otro más oficial llamado Premio Nacional de Cinematografía. Esperemos que alguien con sensibilidad repare en ello.
Pero mencionemos algunos de esos títulos internacionales que ha vestido, lo que quiere decir que sus modistas y figurinistas han pasado por sus instalaciones madrileñas para crear el vestuario, así como muchos cineastas e, incluso, actores. En Sastrería Cornejo se ha “cocido” el vestuario de títulos como “Shakespeare enamorado (John Madden, 1998), “Juana de Arco” (Luc Besson, 1999), “Gladiator (Ridley Scott, 2000), “El mercader de Venecia” (Michael Radford, 2004), “Alejandro Magno” (Oliver Stone, 2004), “El reino de los cielos (Ridley Scott, 2005), “El perfume, historia de un asesino” (Tom Tykwer, 2006), “Piratas del Caribe. En el fin del mundo” (Gore Verbinski, 2007) o “Prince of Persia: las arenas del tiempo” (Mike Newell, 2010).
Hay algo más en ellas que cineastas, estrellas o taquillazos, hay también un vestuario fastuoso, elegante, trabajado hasta el mínimo detalle que resplandece en todas las películas citadas, en las que la indumentaria de los protagonistas era de especial relevancia. “Nosotros –nos dice Humberto– siempre hemos tenido una vocación tanto nacional como internacional, sobre todo en cine, Hasta hace unos años la facturación comparada entre una y otra era de un 50/50% aproximadamente”.
Hoy, lo nacional, representa una parte de menos peso, por la caída de la facturación en nuestra industria. Y no solo la del cine, sino también la industria de la ópera, la zarzuela o el teatro. “Estos años de crisis –afirma con pena– ha tocado a los presupuestos de toda la industria cultural, tanto a los de los empresarios privados, como los productores de cine, como a los de los teatros nacionales”.
“Menos mal que tenemos el mercado internacional –sigue diciéndonos–, donde ya nos conocían, y gracias a ello hemos conseguido atraer a nuevas producciones de cine y TV. Aunque antes disponían de mayores presupuestos. Ahora vienen con un tarifas cerradas”. Pero hay que estar a las duras y a las maduras, porque además hay que pagar la nómina de más de medio centenar de empleados.
Sin embargo, Sastrería Cornejo sigue ahí, como referencia en muchos lugares del mundo del mejor y más variado vestuario, además de estar listo a las pocas horas de pedirlo el/la figurinista que, a su vez, recibe órdenes del director de la película, quien siempre va con prisas.
Y como ahora mandan las series, también aquí ha puesto su huella la sastrería. Además, las series suelen dar trabajo durante varios años, ya que si les va bien de audiencia, duran varias temporadas. Empezaron elaborando el vestuario de “Los Tudor” (las 5 temporadas) que les abrió el camino para las que vendrán después. Una serie, por cierto, repleta de trajes y diseños espectaculares y luminosos que firmó esa gran figurinista que es Joan Bergin.
A partir de ahí han estado involucradas en las cuatro temporadas de “Juego de Tronos”, “Davinci” y “Vikingos” que va por la tercera. “El año pasado empezamos una serie en Praga con la BBC sobre los mosqueteros: “The Musketeers” (2014) que en España no se ha emitido, pero que en Inglaterra ya va por la segunda temporada. Esto nos permite una continuidad”. También trabajan para las series nacionales, aunque en los últimos años los presupuestos están por los suelos. Algunos ejemplos de las que han vestido son “Velvet”, “Águila roja”, “Juana la Loca” o “El tiempo entre costuras”.
Pero volviendo al cine, Ridley Scott, que, como ya hemos visto, había utilizado el vestuario de la sastrería en varias ocasiones, ha vuelto a ella con su “costume design” de casi siempre: la británica Janty Yates. Ha sido la encargada de elegir los trajes de “Exodus: Gods and Kings”, la última película por estrenar del cineasta inglés, en la sastrería española y diseñar otros nuevos. Humberto está por ello contento, aunque moderadamente.
“Sí es cierto que nos siguen llegando películas de otros países –nos dice–, pero no son tan grandes como antes. Y nos da el ejemplo, de la última película de Scott. “Para “Exodus: Gods and Kings” hemos realizado 400 trajes, cuando para las anteriores que hicimos con él, el pedido no bajaba de 1.000. Ahora estamos sirviendo a varias películas internacionales, pero el encargo del vestuario no pasa de 400 o 500 trajes cada una.” Malos tiempos, aunque para Cornejo son algo mejores que para otros, gracias, como decimos, a la producción internacional que supone en estos momentos el 75/80 % de su facturación.
La sastrería está involucrada actualmente, entre otras producciones internacionales: el “remake” de Peter Pan (“Pan”) dirigido por Joe Wright, un nuevo “Macbeth” de Justin Kurzel, el último por ahora “Tarzán” que dirige David Yates o el también “remake” de “Moby Dick” que dirige en aguas Canarias (como el de Huston) Rom Howards con el título de “Heart of the Sea”.
“Estamos haciendo un esfuerzo para abrir mercados (en estos momentos estamos trabajando en producciones rusas). Para nosotros es muy importante que el/la figurinista de una película quede contenta, porque así hablará bien de nosotros en su siguiente trabajo y nos volverán a llamar”.
El figurinista es una de las claves, por tanto, de su trabajo. Una profesión de gran tradición en España, en donde existen buenísimos y respetados estilistas del vestido desde hace décadas (uno de los grandes, Javier Artiñano, nos dejó recientemente). La crisis les está pasando también factura a ellos, sobre todo a los que están en los 60, como Pedro Moreno o Yvonne Blake, dos gigantes figurinistas que suelen estar en paro debido a la escasa producción de películas que se ruedan.
Y esto influye también en la disminución de los pedidos en la sastrería, porque estos artistas del vestuario tenían en Cornejo el mejor referente para realizar sus diseños y elaborar el vestuario más seguro. Otros “costume designer” más jóvenes también apuestan por esta sastrería –aunque están la mayor parte de su tiempo en paro–, como Sonia Grande (la diseñadora de vestuario actual de Woody Allen), Lala Huete y muchos más.
Lo curioso es que la mayoría de las nuevas películas españolas de época que se están rodando, no cuentan con estos profesionales refrendados nacional e internacionalmente, y eligen para el diseño de sus vestuarios a figurinistas sin experiencia. “Con la crisis –nos dice Humberto– y la aparición de los microteatros, hay gente joven que sí que trabaja, pero por sueldos ridículos que la gente con una trayectoria ha rechazado. Además, son personas que no se han formado en el cine, sino en las series de televisión, donde pagan una miseria”.
¿Cuál es el origen de la crisis en el cine español? le preguntamos. “Es una suma de circunstancias –nos contesta–. En el mundo de la cultura y en el cine, yo creo que la piratería está haciendo mucho daño. Después el IVA lo ha aumentado. Y finalmente, la crisis general, ha puesto la guinda. En el mundo del teatro no hay piratería, pero ha influido el IVA y la crisis: el poco dinero que tienen las familias españoles, lo miran mucho en qué se gasta”.
“La subida del IVA y la piratería influyen desde el punto de vista de la inversión –sigue diciéndonos–. Estamos hablando de que el cine y el teatro son industrias, o deberían serlo. Es decir, el señor que invierte en películas o en teatro, lo hace para ganar dinero. Si no obtiene beneficio porque encuentra trabas como la piratería y la subida del IVA, deja de invertir. Y esto nos repercute a todos los que estamos en la cadena de producción”.
Afortunadamente, la Sastrería Cornejo tiene trabajo para unos cuantos años. No es el que quisiera, pero al menos le sirve para mantenerse en pie y seguir siendo la referencia mundial de la mejor y más variada (también en cantidad) sastrería para vestir cualquier espectáculo. Y no solo eso, sino que también es un museo porque en sus almacenas se han ido acumulando los trajes que han relucido en muchas películas que han hecho historia, dentro y fuera de nuestro país”.
¿Ejemplos? Tomen nota: dejando a un lado que Sastrería Cornejo vistió a la mayoría de las películas españolas que produjo CIFESA, Suevia Films, Chamartín y las principales marcas de producción de los años cuarenta, cincuenta y sesenta, en sus instalaciones se diseñó el vestuario de todas las películas que Samuel Bronston rodó en España: desde “El fabuloso mundo del circo” (Henry Hathaway, 1964) hasta “55 días en Pekín” (Nicholas Ray, 1963), pasando por “El Cid” (Anthony Mann, 1961) o “Doctor Zhivago (David Lean, 1965), entre otras.
Y esto quiere decir que en sus instalaciones se “cocinaron” los vestidos, entre otros, de Charlton Heston, Sophia Loren, John Wayne, Claudia Cardinale, Rita Hayworth, Rita Hayworth o Ava Gardner. Y estos vestidos aún se conservan allí. Lo que decíamos: una Sastrería-Museo. ¿No buscamos empresas que promocionen por todo el mundo la Marca España? Pues ahí tenemos una. ¡Y bien reconocida!
Miércoles, 09 Julio 2014 11:29
Sastrería Cornejo, casi cien años vistiendo al cine
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